El pasado 14 de febrero en los jardines de bodega Chandon, Luján de Cuyo, Yoga por los Caminos del Vino dio inicio a su agenda anual con una propuesta muy original para celebrar de a dos. Se trató de una clase de yoga al atardecer, en un ambiente natural extraordinario.

La experiencia apuestó al bienestar y el disfrute de cada pareja, rodeada por el glamoroso paisaje vitivinícola que ofrece uno de los establecimientos más destacados de Mendoza, con una invitación al encuentro, los sonidos de cuencos y gong; y la gastronomía (picada gourmet) acompañada por Chandon Apéritif, el espumoso bitter infusionado con naranjas amargas y macerados de especias de Madagascar, India, Brasil y Centroamérica, de gran expresión aromática, sensorial y degustativa.

El yoga en pareja ayuda a relajarse, reconectarse y refuerza la relación emocional, física y espiritualmente. La ocasión permitió a los asistentes aprovechar los beneficios regulares de la práctica y les sumó la posibilidad de compartir, potenciar la creatividad, profundizar la confianza, la afinidad, el conocimiento mutuo y la comunicación, respectivamente.

Con sonidos sutiles y una recepción de violín para comenzar a elevar el espíritu a cargo del músico Miguel Cotignola, la velada toda fue una particular y creativa forma de celebrar el amor, en pareja o entre amigos.

La propuesta gastronómica incluyó variedad de quesos y fiambres; empanadas; frutos secos, panes de masa madre y foccacia, además de un exquisito postre con crema, fresas y chocolate.

Firmas y profesionales locales intervinieron en esta actividad: Tea & Company con ice tea para la recepción; Bianco & Nero y Pastelería Virgen del Valle con delicias dulces; y las profesoras de Yoga completo y sonido Claudina Teruel y Ágata Cordero, guiando la clase en dupla.

Los amplios jardines de la bodega estuvieron inundados de amor, romanticismo, mimos y alegría. Y champán, mucho champán…