Yoga por los Caminos del Vino presentó una nueva edición luna llena, esta vez en Vendimia, y propuso una manera exclusiva y original de conectar con la energía de la luna en su máximo esplendor, acompañando la fiesta mayor de los mendocinos. La cita fue en el atardecer del pasado 9 de marzo en bodega A16, ubicada en Luján de Cuyo. Hubo sonidos de guitarra, odas a la luna interpretadas en portugués y la vibración de cuencos tibetanos.

El espacio elegido para la clase de yoga, rodeado por los cuatro elementos de la naturaleza (tierra, agua, fuego y aire) está colmado de arte y misticismo. La Piedra, plaza escultórica circular de los soldados custodios del Zodíaco -obra del gran artista mendocino Alfredo Ceverino-, fue el escenario de este gran momento de conexión interior y con el Universo.

Mediante una secuencia fluida e integral, para una práctica segura y equilibrada en un ambiente mágico, la clase estuvo dirigida por la profesora Claudina Teruel, a cargo de Casa de Yoga y Meditación y cofundadora de la Escuela de Yoga Completo, Moksha.

Normalmente, los días anteriores a la luna llena provocan en el cuerpo un incremento de fluidos, un gran movimiento interno. Los ejercicios y la meditación aprovechan la poderosa energía de la luna llena, restauran el organismo e incrementan la conciencia corporal interna.

La experiencia apuntó principalmente a los turistas que visitan Mendoza en época de Vendimia; practicantes principiantes y avanzados de yoga, y también a quienes por primera vez se acercaron a esta disciplina. Fue una clase de yoga para disminuir tensiones, aliviar la mente y sumar bienestar, seguida de un cóctel en los jardines del restaurante de A16, con música, confortables livings, ambiente relajado y los más ricos vinos que acompañaron un delicioso menú after yoga.

En un marco súper distendido, se sintió el choque de copas bajo la luz de la luna llena, y muchas sonrisas de participantes bien relajados y colmados de buena vibra.